Mine

Title: Mine
Author: Yidee
Fandom: BangHim
Genre: Slash, AU
Rated: +15
Length: One shot
N/A: Es de hace algunos meses pero ya no sé que más hacerle so mejor lo posteo o le pasará lo mismo a otros que aun aguardan en la pc. Algo confuso creo pero la canción de muse hace cosas conmigo y me incita a escribir XD.


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El dolor perforando la piel se hizo presente segundos antes de que la sangre empezara a brotar de su hombro, Himchan presionó el gatillo cuatro veces hasta ver caer derribado a quien estaba a no más de tres metros de distancia, la lluvia de balas continuó varios segundos, pequeños pedacitos de metal saliendo disparados de todas direcciones y la sangre fluyendo sin control cada vez más deprisa.

Himchan apretó los ojos mientras se recargaba en una pared, cortó un pedazo de tela de su camisa y se las arregló para hacer un amarre e interrumpir un poco el flujo rojizo que se negaba a detenerse y que ya había empapado parte de su ropa.  Tomó su dos magnum .357 automática y salió de su escondite, el sonido de los disparos se propagó en el lugar al igual que algunas exclamaciones de dolor. Una bala rozó su cabeza.

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Había sido una trampa pero se había dado cuenta demasiado tarde, le había dejado irse y ahora solo le quedaba correr lo más rápido que sus piernas le permitieran, no tenía un arma, ni siquiera sabía cómo usar una pero eso era lo último que estaba en su cabeza. Yongguk detuvo sus pasos cuando el rastro de sangre apareció en el suelo y se fue haciendo más denso conforme alzaba la vista, un escalofrío recorrió su cuerpo y paso saliva antes de acercarse lentamente al edificio que parecía estar a punto de derrumbarse.

Nada

Ningún sonido, solo podía distinguir algunos cuerpos en charcos de sangre. Tranquilizó su respiración y se mentalizó, porque ninguno de esos cuerpos tenía el rostro que estaba buscando; siguió avanzando y en cuanto dobló una esquina fue sorprendido con un arma apuntándole, aquellos ojos negros sin emociones mirándole sin mirarle.
 
-Himchan…

Pero el otro no bajó su brazo ni dejó de apoyar su dedo en el gatillo. Avanzó despacio hasta que su pecho prácticamente tocó el metal de aquella arma.

-Himchan…

Repitió bajito, notando que la playera del menor estaba empapada en sangre y que del lado izquierdo de su rostro tenía un rozón del cual también brotaba aquel líquido rojo, manchando su piel y algunas hebras blancas de su cabello. Himchan cerró sus ojos antes de desplomarse hacia enfrente y Yongguk extendió sus brazos lo más rápido que pudo para evitar que el rubio cayera al suelo.

Himchan abrió los ojos despacio, sintiendo al instante el dolor en su hombro. Respiró despacio tratando de aminorar la sensación y miró a su alrededor, aquella habitación que ahora le parecía tan familiar le resguardaba, pudo notar que Yongguk estaba del otro lado de la puerta, preparando algún medicamento como de costumbre; su mano tocó su hombro, reconociendo el vendaje que detenía su hemorragia.

-Deberías ir al hospital.

La voz de Yongguk se escuchó fuerte y clara dentro de aquel silencio pero aquella voz con tintes de preocupación ya no producía nada en él, tomó las pastillas que le ofrecía el mayor y las ingirió rápidamente, esperando a que hicieran efecto.

-¿Qué hora es?- Preguntó sin levantar la vista, no quería encontrarse con los ojos de Yongguk, no quería ver la tristeza en sus ojos porque aquello era lo único que aun no podía ignorar.

-Casi es medio día

Himchan se levantó de la cama pese a la negativa del mayor y se encerró en el baño, se quitó el vendaje y se observó en el espejo. Aquello lucía bastante mal pero al menos Yongguk había logrado sacar la bala. Se aseó y limpio su herida antes de colocar un vendaje nuevo y ponerse ropa limpia.

 
El auto avanzaba rápidamente, las luces brillaban entre la obscuridad y el bullicio de las calles, Himchan tenía su mirada fija en el paisaje que se desvanecía conforme se movían, aquello no era más que una analogía a su propia vida y solo le hacía pensar ¿Por qué Yongguk estaba tan empeñado en ayudarle, en permanecer a su lado aun cuando ambos sabían que aquel círculo en que estaba metido jamás iba a acabarse? Le había dicho que le amaba tantas veces pero simplemente no podía creerse esas palabras.

“Un asesino”

Eso era y no tenía intenciones de cambiar, pero el mayor permanecía a su lado a pesar de ello, seguía tendiéndole su mano cuando le necesitaba, seguía curando sus heridas físicas en un intento de poder curar aquellas que eran invisibles.

Yongguk estaba sentado a su lado, mirándole en silencio, preguntándose cuánto tiempo más iba a sobrevivir el otro de aquella manera.

El auto se detuvo enfrente de un edificio lujoso que se elevaba varios metros hacia el cielo, Himchan sintió la mano del mayor sobre la suya y le miró.

-No tienes que hacer esto…

Habían tenido esa discusión varias veces. Himchan acercó sus rostros, sus labios rozaron los labios del otro antes de besarle; las manos del mayor se cerraron en su cintura, atrayendo sus cuerpos y provocando que ambos suspiraran en medio del beso.

-Te amo

Himchan besó de nuevo aquellos labios antes de colocarse un antifaz y salir del auto sin decir nada, Yongguk cerró sus ojos, tratando de controlar aquella sensación que se formaba en su pecho cada que el otro le abandonaba en silencio; se colocó su antifaz y salió del auto, pidiéndole al chofer que estuviera al pendiente.

Entró al salón en donde se llevaba a cabo la fiesta, vio desfilar varios antifaces decorados de diferentes maneras, unas más ostentosas que otras, escondiendo los rostros de los invitados. No tardó en reconocer a Himchan, con su falsa sonrisa encantadora y su brazo rodeando la cintura de una joven; el rubio reía educadamente, susurrando algunas palabras de vez en cuando al oído de su acompañante, rozando sus labios discretamente contra el cuello de ésta, lanzando una sonrisa cómplice a Yongguk antes de conducir a la joven a un lugar más privado.

El mayor bajó la mirada, reconociendo a la señorita como la que estaba en la fotografía guardada cuidadosamente en la cartera del rubio, ella era el objetivo de esa noche.

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Yongguk hundió su cuerpo en el menor, sintiendo al otro arquearse de placer y soltar un jadeo,  observó cuidadosamente a quien tenía debajo suyo, aquellas mejillas teñidas de rojo, sus ojos negros entrecerrados, los labios que dejaban salir jadeos y gemidos conforme aumentaba la velocidad. Se inclinó para pasar sus manos por su espalda y atraerle hacia él, Himchan le abrazó por el cuello antes de besarle.

En ese momento, justo cuando lo único que podía escuchar eran sus respiraciones y los latidos de su corazón, cuando el calor entre sus cuerpos fue insoportable y las manos de Himchan se cerraron con fuerza en los hombros de Yongguk al igual que las del mayor se aferraron a su cadera, antes de que  el adormecimiento se apoderara de sus cuerpos… Yongguk pudo sentir a Himchan.

Miró dentro de aquellos ojos negros durante varios segundos, el brillo que iba desapareciendo conforme éstos se cerraban, las palabras que estaban ahí pero que el otro jamás le había dicho y jamás le va a decir.

-Yo también  te amo…
 

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